Las luz de las manchas Lyman-alfa, que pueden abarcar
cientos de miles de años luz, tardaron 11,500 millones de años en llegar a la
Tierra.
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto que el
intenso brillo de una de las grandes manchas Lyman-alfa se debe a que contiene
dos galaxias en el centro que atraviesan una etapa de formación estelar que
ilumina todo su entorno, según informó hoy el Observatorio Europeo Austral
(ESO).
Las manchas Lyman-alfa, nombre que refleja la longitud de
onda de la luz ultravioleta que emiten, son gigantescas nubes de gas de
hidrógeno que pueden abarcar cientos de miles de años luz y se encuentran a
grandes distancias cósmicas. Los astrónomos se han fijado en una de las más
grandes conocidas, LAB-1, donde se está creando una galaxia elíptica masiva que
un día será el corazón de un cúmulo estelar gigante, agregó el ESO en un
comunicado desde su sede de Garching, en el sur de Alemania.
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